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El efecto terapéutico de los animales de compañía

Terapia con perros

Antes de tenerla, surgieron dudas sobre si era acertada o no la presencia de un animal en una residencia geriátrica, y debemos decir que después de este tiempo se ha despejado cualquier inseguridad al respecto.

Son conocidos por todos los efectos beneficiosos de tener un animal de compañía, especialmente entre gente mayor. Son portadores de compañía, un canal abierto de comunicación mediante el que nos expresamos abiertamente y permitimos que salgan a la superficie muchas de las emociones que tenemos escondidas, por lo tanto, resultan un elemento catártico muy importante. Cuidar a un animal de compañía permite que la persona dedique mucha atención a esta responsabilidad y, de algún modo, no piense durante un rato en sus molestias y tristezas. Además, son una vía para la realización de cierto ejercicio físico y, a su vez, un elemento relajante para quienes lo tengan.

En nuestro centro hemos vivido todos estos efectos en nuestros residentes, sobretodo en aquellos más sensibles y receptivos a las vías de comunicación más primarias. Por todas las sonrisas que hemos visto en sus caras, por la ilusión de poder tocar a Perla, por todos los buenos recuerdos que se han desencadenado con su contacto, por todo esto y mucho más, ha merecido la pena responsabilizarnos de un animal que ofrece afecto sin reservas, esperando recibir algo que todos, sin distinción, podemos ofrecer: una caricia.

 

Mònica Garcia
Psicóloga del centro
Residencia Santa María del Tura